Para poder emplear las fibras de acero como único refuerzo en aplicaciones estructurales, era necesario mejorar el comportamiento post-fisuración del hormigón reforzado con fibra de acero hasta alcanzar niveles de ductilidad muy altos. Esto se puede conseguir empleando fibras de alto rendimiento y/o aumentando la dosificación de fibra.
Sin embargo, por encima de una cierta dosificación, y dependiendo del tipo de fibra, la trabajabilidad del hormigón disminuye. Por ello es importante definir fórmulas que garanticen tanto las prestaciones como la trabajabilidad del hormigón reforzado con fibra de acero.